Cuántas veces te has quebrado la cabeza intentando adivinar qué va a hacer el mercado? Que si va a subir, que si va a bajar, que si compro hoy o me espero a mañana… ¡Es un estrés que no te lo quita nada! Y la neta, la mayoría de las veces, terminamos comprando justo cuando todo está caro, ¿o no? Nos gana la emoción, vemos que algo sube como cohete y ¡zas!, ahí vamos de cabeza, nomás para que luego se caiga. Duele, ¿verdad?
Mira, te voy a contar un secreto. Los que ya le saben bien a esto, los que no andan con el Jesús en la boca cada que ven una vela roja, tienen un truco. Y no es magia negra ni una bola de cristal. Es algo tan simple, tan… hasta medio aburrido, que por eso funciona. Se llama Dollar Cost Averaging (DCA). O en español, «Promedio de Costo en Dólares».
Suena complicado, pero es más fácil que hacer una quesadilla.
¿Qué es esta onda del DCA?
Ponte que quieres invertir en algo, digamos en el mercado gringo, en un índice como el S&P 500, que es como el promedio de las 500 empresas más grandes de allá. En lugar de agarrar todos tus ahorros y meterlos de golpe hoy mismo (¡imagínate que hoy esté carísimo!), lo que haces con el DCA es invertir una cantidad fija de dinero, la misma siempre, cada cierto tiempo.
¿Me explico? Digamos que decides invertir $100 dólares cada mes. O $500 cada seis meses. La cantidad y la frecuencia las pones tú. Lo importante es que sea la misma cantidad y en los mismos intervalos, pase lo que pase con el precio de lo que estás comprando.
¿Y cómo funciona eso? ¿Qué chiste tiene?
Aquí está lo bueno, el truco del almendruco. Al invertir una cantidad fija, automáticamente compras más «pedacitos» (acciones, en este caso) cuando el precio está bajo. Porque con los mismos $100, si la acción vale $10, compras 10. Pero si vale $5, ¡compras 20! Y cuando el precio está alto, pues compras menos. Con los mismos $100, si la acción vale $20, compras solo 5.
¿Ya viste por dónde va la cosa? Lo que logras con esto es que, con el tiempo, el precio promedio al que compraste todas tus acciones sea menor que si hubieras intentado adivinar el «mejor» momento para comprar. Es como si estuvieras comprando al mayoreo, pero de forma inteligente, aprovechando las «ofertas» cuando el mercado baja un poco.
Piensa en esto: si el mercado, a largo plazo, tiende a subir (que históricamente es lo que hacen los índices grandes), al tener un costo promedio más bajo, ¡ganas dinero más rápido y con menos riesgo!
Déjame te pongo el ejemplo que siempre me gusta contar, el de invertir en el SPY, que es un fondo que sigue al S&P 500. Imagina que alguien decidió invertir $5,000 dólares cada seis meses, sin importar el precio.
- El 1 de abril de 2004, el SPY andaba por los $115. Con $5,000, compró como 43 acciones.
- Seis meses después, el 1 de octubre de 2004, el precio bajó un poquito a $114.80. Con otros $5,000, compró otras 43 acciones (¡un poquitín más!).
- Para el 1 de abril de 2005, el precio ya estaba más arriba, en $119.50. Los mismos $5,000 le alcanzaron para 41 acciones.
- Y el 3 de octubre de 2005, ¡más caro! $123. Ahí solo compró 40 acciones con sus $5,000.
En total, esta persona invirtió $20,000 dólares en dos años. ¿Cuántas acciones juntó? 43 + 43 + 41 + 40 = 167 acciones.
Ahora, ¿cuál fue su costo promedio por acción? Dividimos el total invertido entre el total de acciones: $20,000 / 167 = ¡aproximadamente $119 por acción!
Mientras que el precio andaba entre $115 y $123 en esos dos años, el costo promedio de esta persona fue de $119. Si en ese momento el precio estaba en $123, ¡ya le estaba ganando $4 a cada acción! Sin romperse la cabeza, sin adivinar, solo siendo constante.
El Gran Beneficio: Adiós al Estrés de Atinarle al Momento Justo
La mayor ventaja del DCA, y por lo que me encanta, es que te quita la presión de intentar «timing the market», que es casi imposible de hacer consistentemente. ¿Te imaginas la angustia de meter una lana grande y que justo después el mercado se caiga? Con el DCA, reduces ese riesgo. Como inviertes poco a poco, si el mercado cae, ¡genial! Tu próxima inversión comprará más acciones a precio de ganga. Y si sube, pues las acciones que ya tienes valen más. Ganas de las dos formas, a tu ritmo.
Tu costo promedio se mantiene cerca del promedio histórico del activo, lo que es una posición súper sólida a largo plazo.
Solo Necesitas Dos Cosas: Paciencia y Disciplina
Así de simple. El DCA no requiere que seas un genio de las finanzas ni que pases horas frente a la pantalla. Requiere que tengas la paciencia para invertir consistentemente a lo largo del tiempo y la disciplina para seguir tu plan, incluso cuando las noticias te pongan nervioso o la euforia te invite a meter más dinero del que tenías planeado.
Es una forma de invertir para humanos, para gente real que tiene trabajo, familia y una vida fuera de los gráficos. Te permite participar en el crecimiento del mercado sin el desgaste emocional de intentar ser un «gurú» de las predicciones.
Yo mismo, al principio, caí en la trampa de querer atinarle. Y sí, a veces le pegaba, pero muchas otras no, y las pérdidas dolían más que lo que disfrutaba las ganancias. Cuando entendí el poder de la constancia y la simpleza, todo cambió. Empecé a ver el mercado con otros ojos, con menos miedo y más estrategia.
Conclusión
Así que ahí lo tienes. Si buscas una forma de invertir que te quite el estrés, que sea probada y que solo te pida ser constante, el Dollar Cost Averaging es tu amigo. No es la única estrategia, claro, pero es una base excelente para empezar, especialmente si estás dando tus primeros pasos o si quieres invertir a largo plazo en activos sólidos.
¿Qué te parece? ¿Te animas a probar esta forma más tranquila de invertir? Cuéntame qué piensas.